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Entrevistas con Leopoldo Ceballos López. Autor de Historia de Tánger. Memoria de la ciudad internacional.

Entrevista con Leopoldo Ceballos Fuente: Diario El Mundo (Andalucía)

CONVERSACIONES EN ANDALUCÍA

ESTE ABOGADO, EXPERTO EN COMERCIO INTERNACIONAL, QUE HA VIVIDO POR TODO EL MUNDO, ACABA DE ESCRIBIR UN LIBRO, TÁNGER (ALMUZARA), EN EL QUE SE HA PROPUESTO HACER UNA AUTOPSIA DE UNA CIUDAD GOBERNADA POR VARIOS PAÍSES

«El protectorado internacional de Tánger fue una experiencia irrepetible y única»
- Por Berta González de Vega –

Estamos como en el colmo de la modernidad en una estación centro comercial Llena de luces artificiales a plena mañana, hablando de historia. El escenario, cero evocador. No impide que se eche de menos una Ciudad como aquella irrepetible que fue el Tánger del protectorado internacional.

Pregunta.-A mucha gente le sorprenderá saber que hubo andaluces que emigraban a Tánger para buscarse la vida...

Respuesta.-A finales del XIX eran los que más emigraban. Se da una mezcla curiosa porque no eran sólo pobres también emigra alguna gente importante por otros motivos. El caso más paradigmático es el de la Familia Abrines, que llegaron a Gibraltar procedentes de Menorca y luego pasaron a Tánger con pasaporte británico. Gregorio Trinidad Abrines abre la primera imprenta en Tánger y empieza a publicar, en español, el primer periódico que hubo en Marruecos. También llegan algunos políticos. Pero es cierto que la mayoría eran pobres. Muchos se querían ir a América y el primer paso era Tánger y se quedan allí.

P- En su libro, un profesor de Stanlord dice que Tánger ha sido la única ciudad estado gobernada internacionalmente con éxito...

R.-De hecho fue una experiencia irrepetible y única. Por muchos motivos. La situación de Marruecos, muy debilitado, como se ve en la Conferencia de Algeciras, cuando se decide a protegerlo y dividirlo en dos partes, para Francia y para España. Luego viene el estatuto de
1923 para Tánger. Por entonces, ya empezaba a haber un turismo interesante, sobre todo inglés y francés, que forma una sociedad ciertamente elitista que también la integran terratenientes, médicos, abogados, ingenieros y jubilados que han llegado buscando el buen tiempo. Se dan cuenta de que la ciudad está sucia y forman el consejo de Sanidad que dirige un médico español, Severo Senarro, y del que forman parte los más importantes de la ciudad, que ya son de varias nacionalidades y eso ya es un embrión de un organismo internacional que fue ratificado por el sultán.

Otro de los elementos básicos es que Tánger, desde finales del XVIII, se convierte en la capital diplomática de Marruecos. Los cónsules de los ocho o diez países que mantienen relaciones con Marruecos se van a vivir allí. Poco a poco se va creando el caldo de cultivo, una sociedad cosmopolita, la vida es barata y el paisaje precioso, la situación política es desastrosa en el resto de Marruecos, que se endeuda mucho y canaliza todo el servicio financiero a través de Tánger. El 25% del comercio en Marruecos se producía en Tánger.

P.-También hay una importante presencia de judíos. ¿no?

R.-Sí. Los había de todas las clases sociales, además. Pero se les protege cada vez más porque en los consulados hacia falta gente que supiera árabe y otros idiomas y los judíos los conocían. Se crea una clase dominante en la que no sólo participan los extranjeros, también hay marroquíes y judíos. Tánger nunca fue colonial porque a los marroquíes no se les trataba de distinta manera. Había de todas las nacionalidades, en todas las capas sociales.

P.-Y esos marroquíes que vivían tan bien en Tánger, no se opusieron a que se integrara en el reino de Marruecos?

R.- Es cierto que tenían una buena situación y durante algún tiempo no existió la posibilidad de un Marruecos independiente. Pero cuando Francia es invadida por los nazis, los marroquíes se dan cuenta de que están en manos de una potencia perdedora, que había perdido influencia. Mohamed V, abuelo del actual rey, se rebela contra los franceses. Tenía una gran personalidad y eligió precisamente Tánger en 1947 para dar un discurso en el que habla de Marruecos independiente. A partir de ese momento, también los marroquíes de Tánger empiezan a luchar por ese objetivo, dirigidos por el rey. Puede que algunos lo echen de menos pero también es cierto que están orgullosos de su país. El tiempo ha pasado ya y sabemos que la experiencia de Tánger fue excepcional e irrepetible para los que tuvimos la suerte de vivirla. Los que los conocemos, sabemos que los marroquíes son muy competitivos y trabajadores. Tánger Med es un gran puerto que puede hacerle daño a Algeciras. Es cierto que, si vas en plan nostálgico, te echas a llorar, pero Tánger tiene un potencial enorme. Ha cometido los mismos errores que nosotros en el urbanismo de la costa. Pero el tangerino actual sigue siendo cosmopolita y políglota, se intentan entender contigo en cualquier idioma.

P.-Queda muy poco de la presencia española en el callejero...

R.- No creo que sea nada contra España, simplemente que la mayoría de las calles importantes tenían nombre español ahora están dedicadas a Marruecos. Sí hay una avenida de Madrid, por ejemplo. Pero mantienen esencias españolas gracias, en parte, a la televisión y al fútbol.

Los primeros turistas en Tánger son los españoles. No veo esa sensación de rechazo.

P. Obama, en vez de haber hablado de la Córdoba califal, podría haber citado en su discurso de las religiones la perfecta convivencia que había en Tánger, ¿no?

R.- La convivencia entre las religiones era perfecta. Podías ver una procesión del corpus, con curas en sotana, cruzarse con los rabinos con sus kipas y a los pocos días ver una procesión musulmana con el santón de Tánger. Lo mejor que tenia la ciudad era esa convivencia entre religiones, nacionalidades y etnias.

P.-Algo de eso debía de pasar también en Túnez, hay una película, Un verano en la Goulette, donde se aprecia eso...

R.-Sin embargo, sobre Tánger no se han hecho buenas películas. La mejor, claro, es Casablanca. La trama que describe jamás podría haber pasado en Casablanca, que estaba en manos del gobierno de Vichy, asi que Rick nunca podría haber dado visados de DeGaulle. Ha habido algún intento, como las dos versiones que se han hecho de la novela de Angel Vázquez, La Vida Perra de Juanita Narboni. Ha habido también bodrios sobre Tánger, como El Viento y el León, de Sean Connery.

P.-Usted tampoco está conforme con la imagen del Tánger literario...

R.-El Tánger libertino vende mucho.
Mi afán en este libro ha sido hacer una autopsia documentada de lo que fue aquello. LLegaron muchos homosexuales geniales, americanos, fundamentalmente, que se fueron de EEUU en la época del macarthismo. En Tánger, aunque contra lo que se pueda creer la sociedad era bastante conservadora, sí que podían vivir su homosexualidad en libertad, nadie preguntaba por eso, ni se le daba importancia, También se podía uno drogar con hachís. Luego llega ya gente que empieza a abusar de eso y hubo pederastia y no se frenó con firmeza. Pero esa gente se llamaban a sí mismo expatriados, no se consideraban tangerinos. Es cierto que existía el contrabando y el espionaje, y un grupo muy promiscuo, pero era mucho más importante la vida social y cultural, la financiera. Cuando en España no había nada, allí teníamos centros educativos ejemplares, franceses, italianos, americanos...

P.-Me imagino que precisamente por eso, cuando todo se acabó, muchos tangerinos no tendrían dificultad en encontrar trabajo. Eran políglotas, cosmopolitas ...

R.- Yo tenía trabajo en una multinacional con capital británico, francés y español siete días después de llegar a Madrid y luego me dediqué mucho al comercio exterior. Tánger formaba muy bien en comparación con el resto de España.

P.-Sí que es cierto, según cuenta usted, el Tánger de los espías, que se reunían por nacionalidad en distintos hoteles. Hay un personaje fascinante, Rosalinda Fox, que fue amante de Beigbeder, Alto Comisionado d Franco en Marruecos, luego defenestrado...

R.-Ella lo cuenta en un libro que escribe muy mayor, The grass and the asfalt. Ahora parte de esa historia la ha recuperad o Maria Dueñas en El tiempo entre costuras, una novela que recrea Tánger y Tetuán muy bien. En el libro de Rosalinda se ve claramente que era una espía. Beigebder era feúcho y ella, un bombón, pero es verdad que se enamora. Él era muy interesante, cultísima, políglota, gran conocedor de los musulmanes y, por Rosalínda, llega a cambiar su planteamiento inicial respecto a la postura de Inglaterra cuando fue el primer ministro de Asuntos Exteriores de Franco. Pero se sabe muy poco de él porque es cierto que, en aquella época, cuando no se tenía que hablar de un personaje no se hablaba.

P- Mucho de lo que era Tánger se debía también a que era una especie de paraíso fiscal...

R.-Especie, no, era un completo paraíso fiscal. No se pagaba impuesto sobre la renta Los otros eran mínimos. Tánger se alimentaba del impuesto de 12,5% en los aranceles, suponía el 80% de los ingresos de la ciudad. Pero es que necesitaba muy poco dinero, porque la mayoría de los gastos eran sufragados por cada uno de los países del estatuto. Los colegios y los hospitales los pagaba cada país al igual que el sueldo de los cónsules que eran los mandatarios de la ciudad y los miembros de la Asamblea, que eran nombrados y pagados por los países. No tenía ejército y la policía se pagaba también proporcionalmente. Ya a mediados de los 50 sí que hubo que subir una especie de IVA un punto para sufraga r algunas obras y el funcionamiento del puerto. Pero sí, era un total y absoluto paraíso fiscal.

P.- ¿Como ahora puede ser Gibraltar?

R.-Mucho más. Posiblemente ha sido el mejor de los paraísos fiscales en una sociedad constituida, con la calidad de vida que había en Tánger. Había muchas facilidades para constituir sociedades anónimas y una legislación sobre holdings muy liberal que permitía trabajar en todo el mundo. Estaba ratificado por ocho países, o sea, que no se trataba de holdings piratas. Todos los bancos más importantes tenían allí oficinas. La peseta, hasta el plan de estabilización de 1959, no era convertible, pero en Tánger si y se cambiaba mejor que en España así que gran parte de las remesas de los emigrantes pasaban por allí. Había un tráfico de divisas impresionante.

P.-¿Y todo aquello desapareció de repente?

R.-En el 56 ya se avisó que aquello cambiaria pero se dieron tres años de prórroga a través de la Carta Real. La independencia fue aquel año pero se sabía que en 1960 se acabarían los privilegios,

P.- -y casualmente eso coincide con el auge de Marbella...

R.-Es verdad. Hay muchos españoles que vuelven a la península y compran terrenos en la costa y luego se hacen ricos. En Tánger había exiliados españoles que se habían marchado a México, habían prosperado y estuvieron allí como primera escala de su regreso a España.

P- y los hay que no se querían ir de allí, que se resistían, ¿no?

R.-Mi padre fue uno de ellos. Se había identificado tanto con la ciudad que fue de los que se creyó posible que se convirtiera en un principado, como Mónaco. Incluso se habló de que albergaría la sede de la UNESCO o de que Onassis iba a invertir allí un fortunón. Al final, aquello murió porque tenia que morir, porque era muy artificial, era un encaje de bolillos y, cuando se rompió uno, se cayó todo. En Tánger llegó a haber 500 toneladas de oro y, en dos años desapareció. La crisis inmobiliaria fue igual que la que está pasan do aquí, por eso tengo ese sentimiento de deja vu.

P.-Tengo amigos que, sin saber nada de la historia de Tánger, han ido y no les ha gustado nada. Me imagino que es de esos sitios sólo disfrutables sí se ha leído algo...

R.-Si lo que se quiere ver es una ciudad bonita en Marruecos, está claro que hay que ir a Marrakesh o Fez. Ahora mismo, Tánger no tiene nada especial, tiene su historia. A Shangai le pasa un poco lo mismo, fue lo más parecido a Tánger y disfruté mucho en el barrio francés habiendo leído antes. A Tánger hay que ir sabiendo cuál fue su espíritu. Allí estuvo la historia de la humanidad, era un microcosmos. Siempre cuento que en Tánger vivió Paul Bowles , ultraliberal, y también un padre franciscano. Los dos se dedican a estudiar la música marroquí y llegan a las mismas conclusiones que, de paso, influyen en los Rolling Stones. Eso sólo pudo pasar en Tánger. Ahora es simplemente un bazar.